Blanco y negro, geometría aleatoria, gusto por la composición en la fachada.
Hay veces, cada día más, que un humilde ladrillo, como decía Louis Khan, puede convertirse en oro dentro de una obra casi escultórica,
Una idea, un boceto a mano con “lápiz de punta blanda” y mucho ingenio, se convierte en una bellísima realidad de la que poder disfrutar como paseante, como ciudadano.